¿ALGÚN GOBIERNO O SISTEMA DE GOBIERNO HUMANO PODRÁ ERRADICAR LA POBREZA?

¿ALGÚN GOBIERNO O SISTEMA DE GOBIERNO HUMANO PODRÁ ERRADICAR LA POBREZA?

La Palabra de Dios es la Verdad, y por tanto es la norma objetiva que nos permite establecer y evaluar cada aspecto de la vida, y esto no es distinto en la política. Son conocidas las campañas electorales y los movimientos políticos por presentar “promesas” de campaña con las que pretenden obtener los votos de la ciudadanía. Es evidente que muchos ofrecimientos son muy tentadores, pero como creyentes debemos filtrar por medio de la Palabra de Verdad aquellos planteamientos, y evaluar si son consecuentes con la enseñanza bíblica, y realizables a los ojos de Dios.

Una de las promesas recurrentes de campaña es la “erradicación de la pobreza”. ¿La ha oído? Veamos qué dice la Escritura sobre una promesa así.

 

En Mateo 26, nuestro Señor Jesucristo exhorta a sus discípulos debido a su enojo en contra de una mujer que decidió derramar un perfume de gran precio sobre Él, en vez de darlo a los pobres, como ellos argumentaban. El Señor les exhortó con las siguientes palabras:

 

 Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. Mateo 26:11

Jesús hizo eco de las palabras del Antiguo Testamento al decirles a sus discípulos que siempre habría tiempo para ayudar a los pobres, porque siempre existirían. Deuteronomio 15 señala:

Porque nunca faltarán pobres en tu tierra; por eso te ordeno: “Con liberalidad abrirás tu mano a tu hermano, al necesitado y al pobre en tu tierra”. Deuteronomio 15:11 NBLA

La realidad de la pobreza es permanente según la Escritura, puede disminuirla, puede aumentarla, pero no puede acabarla, pues iría en contra de lo que Dios estableció. Por lo tanto, cada promesa de eliminación de la pobreza no puede ser creída por nosotros, si creemos que la Biblia es la Verdad.

Ahora bien, si afirmamos la Bondad de Dios podemos entonces preguntarnos cómo su Bondad se manifiesta en la permanencia de la pobreza. Veamos al menos dos buenas razones de por qué Dios la permite.

Primero: La pobreza otorga a aquellas personas que en algún momento tienen más (lo cual puede cambiar de un día a otro 1 Sam. 2:7-8) la oportunidad de mostrar amor práctico por aquellos que tienen menos. Eso lo vemos en los pasajes ya expuestos (Deuteronomio 15 y Mateo 26).

 

Entonces, una sociedad más justa bíblicamente hablando, no sería aquella en la que no hubiera pobreza ni riqueza, sino aquella en donde las personas que tienen más, estén dispuestos a ayudar voluntariamente a las que tienen menos (2 Cor. 8:12-15).

Segundo: La existencia de la pobreza (y de cualquier mal o situación que genere molestia, dolor o incomodidad en nosotros en general) nos impulsa a anhelar una patria mejor, la celestial, una que no se ciñe a las pautas humanas, sino a la gloria divina. Solo el reino de Cristo será diferente, y la promesa dada allí es la única verdadera.

 

Por tanto, respondiendo a la pregunta inicial, no, ningún gobierno humano, ni ningún sistema humano, ni promesa de campaña alguna podrá erradicar la pobreza porque Dios ha establecido que durante este tiempo al menos, ella exista con el propósito de enseñarnos misericordia y justicia, y de alentarnos a añorar la Patria Celestial en donde Él erradicará para siempre todo dolor y desdicha humanas.

¿CUÁL ES LA CONDICIÓN DEL HOMBRE SIN CRISTO?

¿CUÁL ES LA CONDICIÓN DEL HOMBRE SIN CRISTO?

Si hay algo común en el ser humano es confundir los síntomas con la enfermedad, no es extraño ver a personas razonando que un dolor de cabeza constante es sin duda un aneurisma cerebral o un tumor maligno y luchan con esa idea hasta que se dan cuenta, con vergüenza muchas veces, que era solo falta de sueño.

Con respecto a nuestros problemas muchas veces hacemos lo mismo, notamos la parte superficial y asumimos que ese es el conflicto esencial y no nos damos cuenta de lo equivocados que estamos hasta que nos agobiamos por no poder encontrar una salida. Lo que sucede es que como no tratamos la raíz, permanentemente aflora la misma situación.

Siempre deberíamos pensar en lo importante de ir más allá y no llegar solo al efecto de una situación, ver la causa o raíz del problema y atacarla bíblicamente. Si tratas el resultado, pero la causa sigue igual, tendrás una vida muy frustrante, cayendo siempre en los mismos pecados y enfrentando permanentemente las consecuencias de estos.

En cierto que es difícil llegar a la raíz de un problema, Proverbios 20:5 señala: Como aguas profundas es el consejo en el corazón del hombre… No obstante también dice: Mas el hombre entendido lo alcanzará.

Por lo tanto, debes confiar en la gracia de Señor y ser diligente para llegar al punto de inicio.

Vamos a realizar un ejercicio práctico, notemos la siguiente historia…

Los celos de Patricia por no haber sido considerada como la oradora en el discurso de graduación de su universidad le llevó a ponerse extremadamente dura en el trato con Marcela, su compañera elegida. En el tiempo, bastó con que simplemente Marcela le preguntara un ¿Qué te pasa? Para que el deseo impropio de Patricia le llevará a los insultos y empujones. El último empujón hizo que Marcela cayera y se golpease la cabeza contra el duro concreto del suelo, luego de tres días en la UCI, finalmente Marcela murió.

En el juicio legal, Patricia argumentó que Marcela le había provocado e intentado golpear fuertemente por lo que solo defendiéndose de los ataques, ella le empujó, sólo una vez, con la mala suerte de que Marcela se golpeó en la cabeza. Patricia argumentó que si no se hubiese defendido, seguro que ella habría sido muerta.

Su argumento no fue creído y fue condenada a cinco años de cárcel, en los cuales no quiso hablar con nadie, cayendo en una profunda ira contra el mundo porque no habían aceptado su defensa.

Luego de salir, y asumiéndose como la víctima cayó en una profunda depresión que la mantiene hasta el día de hoy postrada en una cama, sin deseos de ver la luz del sol, con las cortinas cerradas permanentemente, y sin deseos de alimentarse correctamente.

Algunas preguntas para meditar…

  • Si sólo conocieras el último párrafo de la historia narrada de Patricia… ¿Cuál pensarías que es su problema?
  • Si sólo conocieras los dos últimos párrafos de la historia de Patricia… ¿Qué es lo que asumirías del problema?
  • Si sólo conocieras los tres últimos párrafos de la historia de Patricia… ¿Qué agregarías a tu concepción del problema?
  • Al Oír la historia completa… ¿Algo cambia? ¿Hay diferencias?

Y la respuesta debe ser… ¡Absolutamente si!

Mayor información te entrega una perspectiva superior para reconocer el verdadero problema.

Patricia tenía una gran lucha con la significación, el orgullo estaba fuertemente arraigado al punto que no estaba dispuesta a dejar que nada ni nadie sobresaliese además de ella. La Raíz de todo lo que Patricia estaba viviendo estaba en su corazón. Depresión, Ira, violencia y Celos eran los síntomas de un corazón orgulloso.

Lucas 6:43-45 (RVR1960)

No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Si plantas una semilla de palta, tendrás un palto, si plantas una semilla de damasco, tendrás un damasco y podríamos seguir mencionando largamente otros ejemplos. El punto es que sabemos que hay una relación orgánica entre la semilla y el fruto que provoca.

Jesucristo está diciendo que el corazón está íntimamente ligado con el comportamiento de la persona, es decir, el corazón es la fuente primaria y las acciones, el resultado. Por lo tanto, debes atacar el corazón para evitar los malos resultados.

En el texto, nuestro Señor Jesucristo muestra como las palabras son la evidencia palpable de lo que está en el corazón de la persona (v.45) Jesús está diciendo, lo que sale de tu boca es lo que está en tu corazón.

Cuando dices malas palabras no es que se “te salieron” es que están en tu corazón y decidiste sacarlas; no es que puedes culpar a otro diciéndoles “Me Obligas a gritarte”, nadie te obliga, tu corazón es un destemplado gritón; no es que alguien te forzó a decir una palabra, tu decidiste tenerla en tu corazón. Y finalmente todo eso te dice quien realmente eres. Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él…Prov. 23:7.

Todo cambio efectivo en el comportamiento y todo correcto deseo por dejar el pecado y evitar los subsecuentes problemas parten en el Corazón, intentos estéticos son tristemente infructuosos. (Mt. 23:25,26).

Tratando el Corazón.

  • Si eres incrédulo, si no has reconocido quien es realmente Cristo y te has entregado a una vida de obediencia a Él, debes clamar por su misericordia. No hay ninguna esperanza sin Dios en tu vida, sólo Él es quien puede cambiar el corazón. Tus intentos serán humo disipado por el viento. Él es el único que puede cambiar un corazón de piedra por uno de carne. ( 36:26,27). En Su gracia, Dios puede crear un corazón nuevo dentro de nosotros (Salmo 51:10). Él promete “vivificar el corazón de los quebrantados” (Isaías 57:15).
  • Si eres creyente, en primer lugar, debes reconocer que es el corazón. No lo límites al lugar de los sentimientos amorosos y pasionales, eso es un engaño satánico, animado por nuestra cultura occidental. Limitar el corazón a los sentimientos es subestimar su función y descuidar su responsabilidad.

Al contrario de lo que se señala comúnmente, el corazón según las Escrituras es el núcleo de nuestro ser, es la descripción del hombre interior (Ef. 3:16), en donde radica el ser interno del hombre, es la fuente de la vida y es la fuente de los pensamientos (Prov. 23:7Mr. 2:8).

Profundicemos un poquito en el por qué es vital no descuidar lo que es verdaderamente el corazón.

Todo problema involucra tres niveles: El corazón, las obras y los sentimientos. Los tres están íntimamente ligados y no entender eso es tremendamente peligroso.

Por lo general nos enfocamos solo en el nivel de los sentimientos y pensamos que nuestros problemas son básicamente las emociones que estoy experimentando. (Depresión, angustia, pena, ira, etc). Algunas veces asumimos que los problemas implican obras (golpes, gritos, llantos etc), pero lamentablemente descuidamos absolutamente el corazón… ¿Por qué? Porque lo confundimos con los sentimientos y por ende no lo tratamos.

Así es como suceden bíblicamente los problemas.

El corazón maquina de mala manera, ejecuta por medio de obras infructuosas, que generan sentimientos lamentables.

Ejemplo: Mi corazón perezoso no quiere ir a trabajar, por lo tanto miento diciendo que estoy en el funeral de mi madre, y mi jefe llama para darme el pésame y justo contesta mi mamá, al verme descubierto una profunda angustia entra y me absorbe.

¿Te das cuenta lo terrible que es descuidar el corazón? No en vano Dios dice: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23).

En segundo lugar, Purifica tu corazón.  Santiago 4:8 señala: Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.

Sabemos específicamente que es Cristo quien nos redime, justifica y santifica, pero acá Santiago está manifestando la responsabilidad del hombre de enfatizar una relación íntima con Dios, las ilustraciones usadas son básicamente las de los sacerdotes presentándose para el sacrificio.

Si te esmeras por una relación íntima y genuina con Dios, tu corazón es llenado de Él y por Él y por ende, todo lo que brota es fructífero, el hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno…

No seamos simplistas, no seamos superficiales, seamos hombres y mujeres fieles que al reconocer la verdad la evidencian en sus corazones, en donde Dios comienza el cambio efectivo.

Marcos 7:20-23 (RVR1960)

Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

 

¿COMO DEBO TRATAR MIS PROBLEMAS?

La realidad de un hombre sin Cristo es tremendamente triste, la condición
humana sin la salvación del alma se explica claramente en Efesios 2:1-3 de
donde desprendemos nuestra respuesta.

I – Muertos en delitos y pecados. (v.1)
Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…
El hombre no está enfermo, grave o agonizante. Las Escrituras señalan que el
hombre natural está completamente muerto. Ahora, ¿Cómo podemos
entender la idea de estar muertos mientras que los que oyen se saben vivos
en el pasaje?
La muerte bíblicamente hablando, no significa extinción, aniquilación o falta de
existencia. La palabra muerte significa SEPARACIÓN, ya sea del alma con el
cuerpo, del hombre con Dios o de ambos.
Las Escrituras nos hablan de tres tipos de muerte:
 La Muerte Espiritual: Es la separación entre el hombre y Dios. (Is. 59:2) Esta muerte
fue la primera consecuencia del pecado de Adán y Eva en el Jardín del Edén. Dios es
santo, y no puede tener comunión con el pecado, por tanto, la ejecución de la
impiedad provocó la muerte espiritual, la cual es una tónica en toda la humanidad no
regenerada. La muerte espiritual es el estado de separación de Dios en el cual todo ser
humano nace en este mundo. Romanos 5:12 dice: “por tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres
por cuanto todos pecaron.” La muerte espiritual se evidencia en una persona que gasta

su vida en una manera de vivir licenciosa (1ª Tim. 5:6); que vive en pecado (Col.2:13);
en solo religiosidad (Ap. 3:11); y, a fin de cuentas, sin Cristo. (Jn 6:53).
 La Muerte Física: Es la Separación del alma del hombre con su cuerpo. Esto es la
comúnmente llamada muerte. Esta es una consecuencia del pecado de Adán y Eva,
(Gn. 2:17; 3:22) pero no sucedió en el mismo instante que ellos pecaron. Adán murió
físicamente 930 años después que murió espiritualmente. A diferencia de los ángeles
que solo tienen naturaleza inmaterial, el hombre fue creado tanto con una naturaleza
inmaterial como con una naturaleza material. El cuerpo humano que está compuesto
de más de 30 diferentes elementos químicos regresa a la tierra de donde fue tomado,
en espera de la resurrección, ya sea para vida o para condenación. (Heb. 9:27).
 La Muerte Eterna: Es la separación del hombre de la presencia de Dios para siempre.
Esta es la llamada segunda muerte (Ap. 2:11, la primera es solo física. Comp Ap.
20:14,15). Todas las personas sin Cristo están muertas espiritualmente hablando, aun
cuando viven sobre la tierra. Una buena ilustración para reafirmar el concepto se
desprende de las propias palabras del Señor Jesucristo (Mt. 8:21,22). Cuando comenzó
su ministerio invitó a muchas personas a seguirle y uno de los jóvenes al recibir la
invitación señaló:  21 Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Es probable
que el Padre del muchacho estaba muriendo, ya había muerto o simplemente el joven
deseaba que su padre envejeciera y muriese para después seguir a Jesús. En fin, lo
interesante es lo que Jesucristo le dijo. Y fue:  22 Sígueme; deja que los muertos entierren a
sus muertos.
Es ilógico bajo nuestra definición que un muerto pueda enterrar a otro
muerto, pero, bajo la definición bíblica es más fácil notar la diferencia.  Lo que
Jesucristo nos enseña acá es que un muerto espiritual puede enterrar a un
muerto físico.
Siguiendo con el texto en Ef. 2:1…cuando estabais muertos en vuestros delitos y
Pecados… Note la palabra EN.
El hombre está inmerso en la muerte misma, ya que nace con la naturaleza
pecaminosa y todos sin excepción tienen esa condición la cual se manifiesta en
los delitos (paraptoma, resbalar, tropezar, caer) y pecados (hamartia, errar el
blanco)  que ha fin de cuentas muestran su distancia de la santidad de Dios.
El hombre no se hace pecador cuando miente, roba, maldice, mata, etc. El hombre
miente, roba, maldice, mata, etc. porque es pecador.
Si bien, es la muerte espiritual de la cual se desprenden cada una de las
características que sigue mencionando el relato. Es bueno seguir viendo
separadamente los costos asumidos en el estado sin Cristo.

II – Absorbidos en el Modelo Diabólico. (v.2)
2  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los
hijos de desobediencia,
El apóstol continúa señalando las características de las personas no vivificadas
y en ese contexto los efesios antes de someterse a Cristo seguían… “la corriente
de este mundo…” en otras palabras, siguiendo el modelo de vida de este
mundo pecaminoso caracterizado por el egoísmo, la sexualidad disipada y el
humanismo. (Luc. 21:34; Stgo 4:4; 1ª Juan 2:15).
Ese modelo adquirido tiene su origen y sustento en el príncipe de la potestad
del aire… Una alusión clara a Satanás. Él es el gobernante de este mundo (Juan
12:31; 2ª Cor. 4:3-4; Heb. 2:14) “la potestad del aire…” nos habla de su fuerza o
influencia en el mundo, efectuada por medio de sus demonios (Ef. 6:12).
Satanás se ha encargado de establecer SU sistema en el mundo y las personas
que están muertas a Dios los hijos de desobediencia siguen su corriente. Note
los detalles de la descripción. Los no regenerados son hijos del diablo (Jn 8:44)
y se caracterizan por la desobediencia, es decir, un deseo voluntario y
permanente de ir en contra de la voluntad divina.

III – Sumidos en los deseos de la carne. (v.3)
3  entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
Otra característica de la vida sin Cristo es la que se manifiesta haciendo la
voluntad de la carne (sarx) y de los pensamientos (dianoia). La idea es una vida
volcada a la satisfacción de los placeres físicos y mentales, una vida que está
centrada en el egoísmo.
Los pensamientos apuntan a las acciones deliberadas de la mente en contra
de Dios y su voluntad, y la referencia a la carne no debe limitarse a los pecados
sexuales simplemente, la Palabra de Dios señala:  19  Y manifiestas son las obras
de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,  20  idolatría,

hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones,
herejías,  21  envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas;
acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21.
Un hombre sin Cristo está completamente inmerso y atrapado en sus propios
deseos, de los cuales no puede librarse por sí mismo.

IV – Por Naturaleza Hijos de Ira (v.3)
…y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Una característica más que describe la condición natural del hombre es la de
ser un “hijo de ira”, note que comienza con la palabra “éramos” ya que es la
descripción marcada de un pasado sin Dios, en donde Cristo hace la
diferencia. Un buen paralelo lo encontramos en 1ª Corintios 6:9-11. Note la
descripción de la vida natural (v.v 9,10) y la esperanza en el Señor. (v.11) “Y esto
erais algunos” señala el texto allá.
El término “Hijos de Ira” amplia el término “Hijos de Desobediencia” (v.2) y
denota  la justa y constante condena en la que se encuentran los incrédulos. El
que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él. Juan 3:36. W. Hendriksen define:
“sujetos de la estable ira de Dios ahora y por todo el tiempo venidero”. (Rom.
1:18)
El verso 3 termina con la frase: lo mismo que los demás. Todo esto es la
condición del mundo entero, agradecemos a Dios que a pesar de esa triste
realidad hay esperanza de nueva vida en Dios por medio de Jesucristo. (Ef. 2:4-
10)

 

CUÁL DEBE SER MI RESPUESTA AL ENOJO CONDENABLE

¿CUÁL DEBE SER MI RESPUESTA AL ENOJO CONDENABLE?

A veces pensamos que lo más importante es la relación vertical entre Dios y nosotros, y eso es verdad, pero no entendemos que Dios no puede oírnos si no mantenemos una relación horizontal satisfactoria con nuestros hermanos.

Dios nos anima a siempre procurar la reconciliación, y la respuesta o reacción al enojo debe ser la reconciliación. En pocas y crudas palabras, Dios no va a permitir ningún tipo de comunión con alguien que todavía no haya tomado la decisión de ir a donde su hermano que le ha declarado con razón y causa una ofensa y usted no quiere reconciliarse: Mateo 5:23-24:
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

 

Jesús en este pasaje nos advierte que la reconciliación debe ser en el sentir correcto. Aunque sabemos que aquí el Señor está hablando dentro del contexto judío y se está refiriendo a las tantas ofrendas que los judíos tenían que ofrecer conforme a las leyes de las ofrendas (Lv. 22), el sentido del principio es que la verdadera adoración involucra mi compromiso completo a la paz con las personas. Dios no quiere hipocresía, sino que anhela adoración completa.

En muchos pasajes de la Escritura el Señor nos hace entender que el pecado es lo único que impide que tengamos una relación genuina con Dios, de hecho Juan 9:31 nos dice:

“Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye”.

Ahora Jesús nos advierte que si somos hijos de Dios no pretendamos ser oídos por él si hay una situación de enemistad con algún otro hijo suyo.

Esto mismo declara el apóstol Pedro a los esposos acerca de pretender hacer una oración a Dios estando en pecado por no tratar a su esposa como debe tratarla. 1 Pedro 3:7 dice:

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.

Estos pasajes son muy interesantes, ya que muestran que la iniciativa la debe tener el que quiere adorar. Dios espera una actitud prioritaria en mi deseo de solucionar mi problema con alguien, además eso es el reflejo de mi fe y obediencia a Él.

“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano (1 Juan 4:20-21).”

Extraído del Sermón Jesús y la Ira, Pastor Christian Aracena. 3 de Junio del 2012

CUÁL DEBE SER LA ACTITUD CORRECTA QUE UN HIJO DEBE TENER HACIA SUS PADRES

¿CUÁL DEBE SER LA ACTITUD CORRECTA QUE UN HIJO DEBE TENER HACIA SUS PADRES?

En primer lugar, debería decir que la actitud correcta o incorrecta es el resultado del corazón (Mt. 12:34Pr. 4:2323:7) por lo tanto, siempre el enfoque debe estar en el corazón más que en las expresiones estéticas superficiales. Es triste notar como a veces los padres están conformes por oír a sus hijos decir perdón, pero sólo como una repetición a lo exigido y no como el resultado de un corazón arrepentido.

El enfoque siempre debe estar en expresiones que reflejen un corazón dispuesto y consciente.

Dicho eso, es bueno meditar en Efesios 6:1-3:

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”

Nuestro buen Dios da directrices marcadas para un hijo cristiano frente a sus padres. Los hijos debemos reconocer que Dios ha puesto a nuestros padres, por encima de nosotros. A ellos Dios les ha confiado la tarea de nuestra crianza, por lo tanto les debemos  respeto y  obediencia.

El texto en primer lugar convoca a la obediencia, la palabra en griego (Hupakouo), significa someterse, escuchar, cumplir con, prestar atención, seguir. (Col. 3:20) El término no solo apunta a hacer lo que se te manda, sino que hacerlo de buena manera.

Efesios también nos convoca a la Honra a los padres, la palabra en griego (Timao), significa, estimar y valorar como precioso. Mostrar consideración, respeto, reverencia y bondad.

En cuanto a la honra, Las Escrituras nos enseñan que implican un reconocimiento verbal (Pr. 31:28) y también involucra la parte financiera (Mt. 15:4-6 Tim. 5:3,4)

Un buen pasaje que nos ayuda a considerar principios sabios en la relación entre los hijos y sus padres es Proverbios 1:8-19:

“8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre, 9 Porque adorno de gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello. 10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas. 11 Si dijeren: Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre, Acechemos sin motivo al inocente; 12 Los tragaremos vivos como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo; 13 Hallaremos riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de despojos; 14 Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa. 15 Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie de sus veredas, 16 Porque sus pies corren hacia el mal, Y van presurosos a derramar sangre. 17 Porque en vano se tenderá la red
Ante los ojos de toda ave; 18 Pero ellos a su propia sangre ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo. 19 Tales son las sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida de sus poseedores.”

Salomón expresa la abierta necesidad de padres correctos que inculquen la verdad, pero también de hijos dispuestos a escuchar y asumir sus consejos. En el relato se nos expresa la responsabilidad de ambos padres en la instrucción y dirección, pero se convoca especialmente a los hijos a asumir el reto de su sumisión.

La atención y obediencia se verá graficada en el adorno de gracia en la cabeza y en collares alrededor del cuello, que es un modo poético de expresar que la sumisión produce honor y belleza moral en la vida del hijo sabio.

En contraste con el consejo correcto de los padres, la tentación natural es ser absorbido por las malas compañías y sus prácticas, he allí la razón de los versos siguientes:

 

 

LAS ARTIMAÑAS DE LOS PECADORES

1. Tientan al incauto (1:11a)
2. Ponen asechanzas para derramar sangre (1:11b)
3. Acechan sin motivo al inocente (1:11c)
4. Se proponen tragar vivos y enteros a los inocentes (1:12)
5. Piensan enriquecerse de sus robos (1:13)
6. Ponen carnada delante del joven inexperto: -tú puedes participar de las riquezas (1:14)

Los pecadores siempre nos rodean y buscan la manera de atraparnos. El simple o incauto es especialmente objeto de su esfuerzo. Un joven inexperto en las asechanzas del enemigo puede caer fácilmente en su lazo. Por eso, el buen padre da instrucción a su hijo acerca de las diferentes situaciones que se le presentarán en la vida. Él tiene que experimentar lo que le espera, pero si entra en la lucha advertido y con conocimiento, es más probable que alcance el triunfo. La enseñanza bíblica es concisa y clara.

El pecador se deja cegar a tal extremo por su propia avaricia, que no ve el lazo que él mismo pone a su alma. La codicia quita la vida de los pecadores (1:19). Al fin y al cabo, es una retribución que viene de Dios mismo en cumplimiento de la ley de la siembra y la cosecha (Gálatas 6:7–81ª Timoteo 6:9-11). Por eso atender a la voz de los padres es vital.

Volviendo a Efesios 6, es bueno considerar la promesa establecida… 3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Los beneficios de hacer lo correcto, son siempre una tremenda bendición.

Siempre es mejor hacer lo que Dios nos señala; y nuestros padres son una gran oportunidad para nosotros de obedecer y honrar a Dios por medio de nuestra obediencia y honra a ellos.

ES EL DIOS SOBERANO EL AUTOR DEL PECADO

¿ES EL DIOS SOBERANO EL AUTOR DEL PECADO?

Dios no es el autor del pecado, pero Él ciertamente lo permitió, y es parte íntegra de su decreto eterno. Dios tiene un propósito al permitirlo, y no puede ser culpado por la maldad o manchado por la existencia de esta (1 S. 2:2: “No hay santo como Jehová”). Ciertamente Dios no fue sorprendido cuando el pecado entró en el universo, y sabemos que al dejar entrar el pecado, se desplegó Su gloria por medio de atributos que no serían revelados fuera del mal, como la misericordia, la gracia, la compasión, el perdón y la salvación. Dios aún puede permitir el mal para cumplir el bien (Gn.45:7, 8; 50:20; Ro. 8:28). *Extraído del distintivo “La Soberanía de Dios” de la Iglesia Bíblica Roca Grande.

ES IMPORTANTE CREER QUE DIOS SE HIZO HOMBRE

¿ES IMPORTANTE CREER QUE DIOS SE HIZO HOMBRE?

La respuesta es: ¡Absolutamente SI!

Personalmente, siempre estoy luchando con las imágenes que popularmente se despliegan de Jesús, hay aquellos que lo mantienen permanentemente como el niño de Belén y la única impresión que tienen de Él, se reduce a la de un bebe indefenso que es recordado una vez al año con profunda compasión.

Por otro lado, están aquellos que sólo hablan de su muerte como un mártir, la idea completa es la de un activista religioso incomprendido que no logró su propósito, por lo tanto, es digno de nuestra compasión. Obviamente niegan la resurrección y su triunfo final.

Cualquiera de las tres percepciones descritas es riesgosa, pero ninguna tiene mayor énfasis escritural como la tercera, la negación de la humanidad de Cristo fue una herejía terriblemente destructora que afectó a muchos.

No por casualidad 1ª de Juan señala en el capítulo 4:2,3:

1 Juan 4:2-3  (RVR1960)

2   En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;

3   y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

El negar la encarnación es una evidencia de mi incredulidad y lejanía de Dios.

La segunda epístola de Juan, capitulo 1 versos 7 al 10 ahonda nuestro sentido de comprensión en cuanto a la negación de la encarnación del Señor:

2 Juan 7-10 (RVR1960)

7   Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo.

8   Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo.

9   Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo.

10   Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: !!Bienvenido!

No debemos asociarnos ni mucho menos con aquellos que transgredan esta verdad fundamental de las Escrituras.

Cuando notamos la enseñanza bíblica, es evidente que se nos muestra a nuestro Señor como un hombre, Filipenses 2 nos señala que tomo forma de siervo, y la argumentación escritural es clara al respecto…

  • Cristo tuvo un nacimiento humano.  Nació de una mujer, de la vírgen María, según el registro de los Evangelios y de Gálatas 4: 4.
  • Cristo recibió títulos humanos.  Fue llamado el Hijo de David ( 1:1Mat. 12:23Mat. 15:22).  Para ser un verdadero hijo de David, Él debía tener la semilla de David, y por tanto ser un ser humano.  Fue llamado también Hijo de Abraham (Mat. 1:1).   Fue descendiente de Adán (Lucas 3:23‐38).  Estas son evidencias que enfatizan en aspecto humano de la naturaleza de Cristo.   Su humanidad cumple una promesa hecha a Eva (Gén. 3:15Isa. 7:14).  Él fue llamado carpintero (Marcos. 6:3).  Junto con su nacimiento humano, también lo vemos involucrado en ocupaciones físicas.  ¿Si Cristo hubiera sido solamente Dios, para qué tendría que haber pasado por el proceso de nacimiento, crecimiento, aprendizaje y todas las demás cosas de la vida humana?   Pablo llamó a Jesús un hombre (1 Tim. 2: 5), a la vez que en numerosos pasajes lo reconoce también como Dios.  Cristo tenía carne y sangre (Heb. 2: 14).
  • Cristo tuvo un desarrollo humano normal. Lucas 2: 40, 52: “Y Jesús crecía en sabiduría y estatura. y en gracia delante de Dios y los hombres.”  Probablemente Cristo fue educado en la sinagoga (4:16Jn. 7:15). El visitó el templo (Lucas 2: 41,46,47).
  • Cristo tuvo todos los elementos esenciales de la naturaleza humana. Tuvo un cuerpo humano ( 10:5). Heb. 10:10nos dice que nosotros somos santificados por la ofrenda de su cuerpo: “Por cual somos santificados a través de la ofrenda del cuerpo de Cristo de una vez y para siempre” Mat. 26:12 nos dice que el cuerpo de Jesús fue ungido.  Juan 2: 21 dice, “Pero Él hablaba del templo de su cuerpo.” Heb. 2:14 menciona que Él tenía carne y sangre. Él tenía un cuerpo humano después de la resurrección (Lucas 24:39).  Él tenía un alma (Mateo 26:38).  Él tenía un espíritu (Marcos 2:8). Jesús se cansaba (Jn. 4:6). Tuvo hambre (Mat. 4:221:18). Tuvo sed (Jn. 19:28). Tuvo sueño (Mat. 8:24). Fue tentado (Heb. 2:184:15).

Dicho lo anterior, la pregunta que podrías hacerte es ¿Qué importancia tiene que Jesús haya sido hombre? ¿Qué tiene que ver eso conmigo? Y Hebreos 2:14 al 18 nos ayudan a responder aquello.

Hebreos 2:14-18 (RVR1960)

14   Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

15   y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

16   Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.

17   Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

18   Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

  1. Podemos ser efectivamente vivificados (v.v 14-16).

14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, 15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

La encarnación de Cristo es vital porque genera en Él la identificación necesaria para la redención. El pago del pecado del hombre, participante de carne y sangre, debía llevarse a cabo por un hombre, participante de carne y sangre. La palabra participó μετέσχε es Actuar en un suceso, un acto o una actividad con el mismo nivel de implicación. Jesús adoptó la naturaleza divina para participar de la vivificación de los creyentes.

De esta forma, puede hacerse solidario de nosotros (hecho hombre, para expiar por los hombres) y morir (en sacrificio de expiación, como nuestro sustituto).

Hebreos 10 nos muestra como los sacrificios del Antiguo Pacto no eran capaces de quitar el pecado del hombre, los animales no eran suficientes… porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo…
10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. Hebreos 10:4,5; 10-12 

Obviamente un ser angelical tampoco habría sido suficiente porque no comparte carne y sangre, pero Cristo si podía. Cristo sí pudo.

Ahora, entendiendo que Cristo nos ha dado nueva vida en su muerte, vemos dos implicaciones maravillosas en el texto al respecto…

  • La liberación del poder de Satanás en nuestra vida.

Cristo destruyó el poder de Satanás sobre el pecado y la muerte, la palabra destruir es katagazomai y significa convertir en nada, dejar inoperante. Satanás no ha sido destruido totalmente aún, pero para el creyente sí ha sido en cierta manera desarmado. Para poder anular el poder de la muerte el Señor tuvo que morir. Solo podíamos ser liberados del dominio de Satanás por la muerte de Cristo, muerte que en realidad nos correspondía a nosotros (Jn. 12:31). El Cristo resucitado ahora tiene las llaves de la muerte y del Hades (Ap. 1:18), o sea que tiene completa autoridad sobre ellos.

El, que había sido asesino desde el principio (Jn. 8:44) deseaba la muerte del hombre en el sentido más pleno de la palabra: muerte física y muerte espiritual (separación de Dios) pero no le fue permitido.

La Palabra del Señor señala en Colosenses 1:12-14

12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Una segunda implicación de la muerte del Cristo encarnado es.

  • Librándonos del temor de la muerte.

El temor a la muerte puede ser un instrumento tirano de coacción, el temor a morir muchas veces paraliza y afecta el cumplimiento correcto de las expectativas divinas. Por la gracia de Dios, en su muerte y resurrección, Jesús venció la muerte y con ello nos da expectativas eternas y un valor fabuloso para vivir en obediencia y sin temor.

Antes de su muerte, el Señor Jesucristo le prometió a sus discípulos:  Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. Juan 14:19

Para los creyentes la muerte física no significa juicio, sino bendición; no esclavitud, sino liberación final. Es maravilloso saber que el amor de Dios trasciende eternamente a sus hijos.

Cuando el creyente piensa en la muerte no tiene que pensar de ella con temor, Dios nos ha liberado de ello (1 Co. 15:55–57). La sombre de la muerte se ha disipado por el advenimiento de la Luz de la Vida.

  1. Podemos ser efectivamente socorridos.

16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.
17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.Hebreos 2:14-18

La encarnación de nuestro Señor no solo nos vivifica dándonos esperanza por medio de la liberación del efecto satánico sobre la muerte y el temor de esta misma. Su encarnación y su obra realizada también nos ayuda en cuanto a la empatía en nuestras luchas y su socorro en nuestras debilidades.

A.- El Enfoque de su socorro.

16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.

No es el linaje angelical el que Cristo socorre, es francamente el linaje humano. Nuestro Señor tomó forma de los descendientes de Abraham y se hizo judío y en esa condición manifiesta su enfoque y prioridad. Los ángeles que sirven a Dios no son los objetos de la gracia de Dios (v. 16), y menos aún los ángeles caídos que están reservados para un terrible castigo (Jud. 6; 2 P. 2:4). La gracia de Dios está destinada a los suyos.

No es un punto en el que muchas veces reflexionemos. Sabemos que Dios nos ha elegido y nos gozamos de obtener su preferencia divina por el puro afecto de su voluntad, pero…  no pensamos mayormente que el enfoque de su socorro apunta al ser humano. Dios podría haberlo determinado para los seres celestiales o aún animales pero su muerte y vida fueron determinadas para el hombre.

Jesús se hizo hombre no tan solo para salvar a los hombres, sino que también para ayudar a los hombres.

B.- La Empatía en su socorro.

17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.
18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

La ayuda efectiva que Jesús podría otorgar al pecador implicaba una identificación con la humanidad en todas las cosas menos en el pecado. Nuestro Señor fue libre de pecado siendo como sus hermanos.

Personalmente uno de los momentos más difíciles que me participar es la asistencia en funerales. La razón no es precisamente la compañía y el consuelo, pienso que mayormente mi complicación es la lucha con las frases que uno tiene memorizadas pero que no necesariamente expresan la realidad.

En Chile solemos decir “ayudándote a sentir” o “empatizo con tu dolor” pero… no siempre eso es cierto, no siempre siento lo que el otro está necesariamente sintiendo.

Nuestro Señor pasó por la prueba más amarga del abandono humano, siendo humano, las tentaciones más complejas, pero sin pecado, la angustia más profunda, pero sin maldad.

Él sí sabe cómo me siento, él sí sabe cuán difícil es resistir y como sobreponerse. Jesús es un socorro perfecto.

Al haber pasado por tentaciones y padecimientos de los más acerbos, Jesús puede ayudar a todos los que son tentados, están atribulados y sufren padecimientos, pues es un experto en la materia y sabe cómo consolar, animar y ayudar a cada uno en sus respectivas circunstancias, las cuales varían considerablemente en cada caso.

Hebreos 4:15 señala: Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

Dios no es un sumo sacerdote que intercede en una lucha nuestra sin conocimiento de lo que significa, Él es el perfecto intercesor empático de las situaciones del hombre. Hebreos no señala además que es misericordioso y fiel por lo tanto es altamente efectivo en nuestro auxilio y perdón.

La palabra “socorrer” (v. 16 y aquí), significa en el griego “correr en auxilio de alguien.” ¡Cuánto nos anima pensar que tenemos a Alguien así para socorrernos!

Nuestro Señor fue 100 % hombre y esa condición se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Jesucristo fue el cordero sin mancha y sin contaminación que se entregó por nosotros, venció el poder de Satanás, y nos quitó el temor de la muerte.

Nuestro Señor nos da confianza y nos permite saber que podemos encontrar en Él el pronto auxilio en nuestras tribulaciones.

Lo mejor que podríamos hacer, siendo conscientes de esa hermosa realidad es adorarle y tal como dice su Palabra…

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:16

*Extracto del Sermón “Las Bendiciones de la Encarnación Divina” predicado por el Pastor Christian Aracena el 20 de Marzo del 2016