¿CUÁL DEBE SER MI RESPUESTA AL ENOJO CONDENABLE?

A veces pensamos que lo más importante es la relación vertical entre Dios y nosotros, y eso es verdad, pero no entendemos que Dios no puede oírnos si no mantenemos una relación horizontal satisfactoria con nuestros hermanos.

Dios nos anima a siempre procurar la reconciliación, y la respuesta o reacción al enojo debe ser la reconciliación. En pocas y crudas palabras, Dios no va a permitir ningún tipo de comunión con alguien que todavía no haya tomado la decisión de ir a donde su hermano que le ha declarado con razón y causa una ofensa y usted no quiere reconciliarse: Mateo 5:23-24:
23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

 

Jesús en este pasaje nos advierte que la reconciliación debe ser en el sentir correcto. Aunque sabemos que aquí el Señor está hablando dentro del contexto judío y se está refiriendo a las tantas ofrendas que los judíos tenían que ofrecer conforme a las leyes de las ofrendas (Lv. 22), el sentido del principio es que la verdadera adoración involucra mi compromiso completo a la paz con las personas. Dios no quiere hipocresía, sino que anhela adoración completa.

En muchos pasajes de la Escritura el Señor nos hace entender que el pecado es lo único que impide que tengamos una relación genuina con Dios, de hecho Juan 9:31 nos dice:

“Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, a ése oye”.

Ahora Jesús nos advierte que si somos hijos de Dios no pretendamos ser oídos por él si hay una situación de enemistad con algún otro hijo suyo.

Esto mismo declara el apóstol Pedro a los esposos acerca de pretender hacer una oración a Dios estando en pecado por no tratar a su esposa como debe tratarla. 1 Pedro 3:7 dice:

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.

Estos pasajes son muy interesantes, ya que muestran que la iniciativa la debe tener el que quiere adorar. Dios espera una actitud prioritaria en mi deseo de solucionar mi problema con alguien, además eso es el reflejo de mi fe y obediencia a Él.

“Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano (1 Juan 4:20-21).”

Extraído del Sermón Jesús y la Ira, Pastor Christian Aracena. 3 de Junio del 2012