Los Carismáticos – John MacArthur

Los Carismáticos (PDF)

Descubre la verdad detrás de los movimientos carismáticos y sus errores doctrinales. 

¿Es la experiencia una prueba válida de la verdad?

Los carismáticos se equivocan porque tienden a edificar sus enseñanzas sobre la experiencia, en vez de entender que la experiencia auténtica ocurre en respuesta a la verdad. Demasiadas experiencias carismáticas son completamente apartadas del plan revelado de Dios y de la operación de Dios indicada en la Escritura, y en algunos casos contrarias a ellos. Cuando las experiencias se convierten en la base para las creencias de uno, casi no hay límite para las clases de enseñanzas falsas que pueden surgir.

Vemos esto en muchos libros y en programas de televisión carismáticos. Visiones, sueños, profecías, “palabras de conocimiento”, mensajes privados de Dios y otras experiencias personales determinan lo que se enseña. Las Escrituras, cuando se llegan a usar, son empleadas típicamente como textos de prueba ó torcidas para ajustarse a una opinión novedosa. A menudo los pasajes de la Escritura son tan maltratados que se les hace decir lo que es la antítesis de lo que realmente enseñan. Kenneth Copeland, por ejemplo, alega que recibe muchas de sus interpretaciones novedosas por revelación directa. Enseñando sobre el relato del joven rico en Marcos 10. Copeland claramente estaba buscando apoyo para su propio concepto de que Dios quiere para su gente riqueza material. Las palabras de Jesús en el versículo 21 parecen bastante claras: “Una cosa te falta: Anda, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo, Y ven, sigúeme,” Copeland, sin embargo, alega que Dios le reveló que este versículo en realidad promete dividendos monetarios terrenales. Copeland dice: “Este fue el trato financiero más grande que al joven le hubieran ofrecido, pero se apartó de él porque no conocía el sistema de finanzas de Dios.” Algunas veces un profeta de estilo propio desarrolla un juego completo de nuevas enseñanzas basadas todas en la experiencia, o en el puro capricho. El doctor Percy Collett, por ejemplo, un misionero médico carisrnático creó una extensa serie de mensajes detallados sobre el cielo, todos derivados de su experiencia personal extraordinaria. Collett dice que en 1982 él fue llevado al cielo por cinco dias y medio. El dice que vio a Jesús, que está supervisando la construcción de las mansiones allí, y dice que pudo hablar cara a cara con el Espíritu Santo.

¿Confiaba Pablo en la experiencia?

¿Qué del apóstol Pablo? Como Pedro, él era un hombre muy dotado. Y ciertamente tuvo experiencias asombrosas, tales como su súbita conversión en el camino a Damasco. El vio una luz tan brillante que lo cegó. Escuchó una voz. Fue derribado a tierra. Instantáneamente fue cambiado de un perseguidor de cristianos a un esclavo del Señor Jesucristo (Hech. 9).

Pero cuando Pablo empezó a predicar y enseñar, ¿hizo de su experiencia el corazón de su mensaje? Hechos 17:2, 3 claramente declara que la apelación de Pablo era a las Escrituras: “Y de acuerdo con su costumbre, Pablo entró a reunirse con ellos, y por tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicando y demostrando que era necesario que el Cristo padeciese y resucitase de entre los muertos. El decía: “Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo'” (énfasis añadido). Aun después de que Dios llevó a Pablo al tercer cielo (2 Cor. 12:1-4), a él no se le permitió decir las cosas que había visto. Obviamente Dios no creía que esa experiencia hiciera más impresión o diera más credibilidad al mensaje del evangelio que predicar sencillamente su verdad. Eso contrasta claramente con el enfoque contemporáneo del movimiento de señales y prodigios (ver. el capítulo 6). Ya al mero final de su vida Pablo seguía razonando sobre la base de la Palabra de Dios. Mientras estaba prisionero en Roma, “en gran número vinieron a él a donde se alojaba. Desde la mañana hasta el atardecer, les exponía y les daba testimonio del reino de Dios, persuadiéndoles acerca de Jesús, partiendo de la Ley de Moisés y de los Profetas” (Hech. 28:23), Lamentablemente muchos carismátícos no siguen las pisadas de Pablo. En vez de eso, usan un camino muy transitado por teólogos liberales y neoortodoxos, por existencialistas, por humanistas y por paganos. No cabe duda de que la mayoría de los carismáticos lo hacen sin saber. Ellos dirían: “Creemos la Biblia. No queremos contradecir las Escrituras; queremos defender la Palabra de Dios.” Pero los carismáticos son atrapados en una terrible tensión al tratar de asirse de la Biblia mientras que al mismo tiempo hacen de la experiencia su verdadera autoridad.

Extracto del capítulo 1 ¿Es la experiencia una prueba válida de la verdad? 

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A Solas Con Dios – John MacArthur

A Solas Con Dios (PDF)

Descubre el poder de la oración y por qué es tan crucial para llevar una vida que agrade a Dios.

UN CORAZÓN CENTRADO EN DIOS

Para los cristianos orar es como respirar. Usted no tiene que pensar para respirar porque la atmósfera que nos rodea ejerce presión sobre sus pulmones y lo fuerza a respirar. Por eso es más dificil aguantar la respiración que respirar. Asimismo, cuando usted nace en la familia de Dios, usted entra en una atmósfera espiritual en la que la presencia y la gracia de Dios ejercen presión o influencia sobre su vida. La oración es la respuesta normal a esa presión. Como creyentes, todos hemos entrado a la atmósfera divina para respirar el aire de la oración. Sólo entonces podremos sobrevivir a la oscuridad del mundo. Desafortunadamente, muchos creyentes se aguantan la respiración espiritual por largo tiempo, pensando que breves momentos con Dios son suficientes para permitirles sobrevivir. Pero esa restricción en el consumo espiritual es causada por sus deseos pecaminosos. El hecho es que todo creyente debe estar continuamente en la presencia de Dios, respirando constantemente sus verdades para ser completamente funcional. Debido a que para varios de nosotros, la sociedad es libre y próspera, es más fácil que los cristianos se sientan seguros presumiendo de la gracia de Dios que dependiendo de ella. Demasiados creyentes se quedan satisfechos con las bendiciones físicas y tienen muy poco deseo de las bendiciones espirituales.

 

Al haberse vuelto tan dependientes de sus recursos físicos, sienten poca necesidad de los recursos espirituales. Cuando los programas, métodos y dinero producen resultados impresionantes, hay una inclinación a confundir el éxito humano con la bendición divina. Los cristianos pueden en realidad comportarse como humanistas practicantes, viviendo como si Dios no fuera necesario. Cuando esto sucede, el anhelo apasionado por Dios y el ansiar su ayuda harán falta, junto con el otorgamiento de su poder. A raíz de este peligro grande y común, Pablo instó a los creyentes a orar “en todo tiempo” (Efe. 6:18) y a perseverar “siempre en la oración” (Col. 4:2). La oración continua, persistente e incesante es parte esencial de la “vida cristiana y fluye de la dependencia de Dios.

Extracto del Capítulo 1 UN CORAZÓN CENTRADO EN DIOS  

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