Declaración Doctrinal

1) LAS SANTAS ESCRITURAS:
Enseñamos que la Biblia es la Revelación escrita de Dios. Los sesenta y seis libros de la Biblia, dados a nosotros por el Espíritu Santo, constituyen la palabra de Dios completa (inspirada igualmente en todas sus partes) (1 Co. 2:7-14; 2 Pe. 1:20-21). Enseñamos que, la Palabra de Dios es una revelación objetiva, proposicional (1 Tes. 2:13; 1 Co. 2:13), verbalmente inspirada en cada palabra (2 Tim. 3:16), absolutamente inerrante en los documentos originales, infalible, e inspirada por Dios. Enseñamos en la interpretación de las Escrituras en forma literal, gramatical e histórica. Enseñamos que la Biblia constituye la única regla infalible de fe y práctica (Mt. 5:18, Mt. 24:35; Jn. 10:35, Jn. 16:12-13, Jn. 17:17; 1 Cor. 2:13; 2 Tim. 3:15-17; Heb. 4:12; 2 Pe. 1:20-21).


2) DIOS:
Enseñamos que solamente hay un Dios vivo y verdadero (Dt. 6:4; Is. 45:5-7; 1 Cor. 8:4); Espíritu infinito y omnisciente (Jn. 4:24), perfecto en todos sus atributos, uno en esencia, que existe eternamente en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. (Mt. 28:19; 2 Cor. 13:14).


3) DIOS, PADRE:
Enseñamos que Dios el Padre, la Primera persona de la Trinidad, ordena y dispone todas las cosas de acuerdo a Su propio designio y gracia (Sal. 145:8-9; 1 Cor. 8:6). Él es el creador de todas las cosas (Gn. 1:1-31; Ef. 3:9). Como el único, absoluto y omnipotente gobernador en el universo, es soberano en creación, providencia y redención (Sal. 103:19; Rom. 11:36). Su paternidad involucra tanto su nombramiento dentro de la trinidad, como su relación con la humanidad. Como creador, Él es Padre de todos los hombres (Ef. 3:15), pero solamente es Padre espiritual de los creyentes, (Rom. 8:14; 2 Cor. 6:18). Él ha decretado para Su propia gloria todas las cosas que habrán de suceder (Ef. 1:11). Continuamente sostiene, dirige y gobierna todas las criaturas y eventos (1 Cr. 29:11).


4) DIOS, HIJO:
Enseñamos que Jesucristo, la Segunda Persona de la trinidad, posee todas las excelencias divinas, y en éstas es co-igual, co-substancial y co-eternal con el Padre (Jn. 10:30, Jn. 14:19). Enseñamos que Dios el Padre creó todas las cosas según su voluntad, a través de Su Hijo Jesucristo, por quién todas las cosas continúan en existencia y en operación (Jn. 1.3; Col. 1:15-17; Heb. 1:2). Enseñamos que en la encarnación (Dios, hecho hombre) Cristo renunció solamente a los privilegios de la deidad, sin abandonar en absoluto la esencia misma de la deidad, ya sea en grado o género.


5) DIOS, ESPIRITU SANTO:
Enseñamos que el Espíritu Santo es una persona divina, eterna, que no ha sido creada, que posee todos los atributos de personalidad y deidad incluyendo intelecto (1 Cor. 10:13), emociones (Ef. 4:30), voluntad (1 Cor. 12:11), eternidad (Heb. 9:14, omnipresencia (Sal. 139:7-10), omnisciencia (Is. 40:13-14), omnipotencia (Rom. 15:13) y veracidad (Jn. 16:13). El es co-igual y co-substancial con el Padre y el Hijo (Mt. 28:19; Hch. 5:3-4, Hch. 28:25-26; 1 Cor. 12:4-6; 2 Cor. 13:14; y Jer. 31:31-34 con Heb. 10:15-17).


6) EL HOMBRE:
Enseñamos que el hombre fue directamente creado por Dios a su imagen y semejanza, fue creado libre de pecado con una naturaleza racional, inteligencia, voluntad, determinación y una responsabilidad moral hacia Dios. (Gn. 2:7, Gn. 15:25; Sant. 3:9). Enseñamos que el pecado de desobediencia de Adán, contra la revelación de la voluntad de Dios y Su palabra, hizo que el hombre perdiera su inocencia; incurriera en el castigo de la muerte física y espiritual, quedara sujeto a la ira de Dios; y que llegara a ser inherentemente corrupto y absolutamente incapaz de escoger o hacer lo que es aceptable a Dios, a no ser por la gracia divina (Ef. 2:1-3).


7) LA SALVACION:
Enseñamos que la salvación es completamente por la gracia de Dios, en base a la redención de Cristo y del mérito de Su sangre derramada y no está basada en obras o méritos humanos. (Jn. 1:12; Ef. 1:7, Ef. 2:8-10; 1 Pe. 1:18-19).


8) REGENERACION:
Enseñamos que la regeneración es una obra sobrenatural del Espíritu Santo, por la cual se da la vida y naturaleza divina al hombre. (Jn 3:3-7; Tit. 3:5) esto sucede de manera instantánea, cuando el pecador arrepentido, según le capacita el Espíritu Santo, responde por fe a la divina provisión de salvación y se logra solamente por el poder del Espíritu Santo, siendo el instrumento, la Palabra de Dios (Jn. 5:24).


9) ELECCION:
Enseñamos que la elección es un acto de Dios, por el cual, él escogió en Cristo, antes de la fundación del mundo, a aquellos a quienes por gracia habrá de regenerar, salvar y santificar (Rom. 8:28-30; Ef. 1.4-11; 2 Tes. 2:13; 2 Tim. 2:10; 1 Pe. 1:1-2). Enseñamos que la soberana elección de Dios, no contradice o niega la responsabilidad del hombre de arrepentirse y confiar e Cristo como Salvador y Señor. (Ez. 18:23, Ez. 18:32, Ez. 33:11; Jn. 3:18-19, Jn. 3:36, Jn. 5:40; Rom. 9:22-23; 2 Tes. 2:10-12; Ap. 22:17).


10) JUSTIFICACION:
Enseñamos que la justificación ante Dios, es un acto de Dios (Rom. 8:33) por el cual El declara justo a aquellos que a través de la fe en Cristo se arrepienten de sus pecados (Is. 55:6-7; Lc. 13:30; Hch. 2:38, Hch. 3:19; Hch. 11:18; Rom. 2:4; 2 Cor. 7:10) y le confiesan como el Señor soberano (Rom. 10:9-10; 1 Cor. 12:3; 2 Cor. 4:5; Flp. 2:11).


11) SANTIFICACION:
Enseñamos que cada creyente es santificado (apartado) para Dios, por medio de la justificación y es por lo tanto, declarado santo e identificado como tal. Esta santificación es proposicional e instantánea y no debe ser confundida con la santificación progresiva. Esta santificación tiene que ver con la posición del creyente, no su presente andar o condición (Hch. 20:32; 1 Cor. 1:2, 1Cor.1:30; 1 Cor. 6:11; 2 Tes. 2:13; Heb. 2:11, Heb. 3:1, Heb. 10:10, Heb. 10:14, Heb. 13:12; 1 Pe. 1:2).


12) SEGURIDAD:
Enseñamos que todos los redimidos, una vez que han sido salvos, son guardados por el poder de Dios y de esta manera están seguros en Cristo para siempre (Jn. 5:24, Jn. 6:37-40, Jn. 10:27-30; Rom. 5:9-10, Rom. 8:1, Rom. 8:31-39; 1 Cor. 1:4-8; Ef. 4:30; Heb. 7:25, Heb. 13:5; 1 Pe. 1:5; Jud. 24).


13) SEPARACIÓN:
Enseñamos que a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento claramente se llama a la separación del pecado, y que las Escrituras claramente indican que en los últimos días la apostasía y la mundanalidad se incrementarán (2 Cor. 6:14-7:1; 2 Tim. 3:1-5; 2 Tim. 4:1-3).


14) LA IGLESIA:
Enseñamos que todos los que confían en Jesucristo son inmediatamente colocados por el Espíritu Santo en un Cuerpo espiritual unido, la iglesia (1 Cor. 12:12-13), la novia de Cristo (2 Cor. 11:2; Ef. 5:23-32; Ap. 19:7-8), de la cual Cristo es la cabeza y autoridad suprema (Ef. 1:22, Ef. 4:15; Col. 1:18). La iglesia comenzó en el Día de Pentecostés (Hch. 2:1-21, Hch. 2:38-47) y será completada cuando Cristo venga por los Suyos en el rapto (1 Cor. 15:51-52; 1 Tes. 4:13-18). Enseñamos que la iglesia es un organismo espiritual único diseñado por Cristo, constituido por todos los creyentes que han nacido de nuevo en la época actual (Ef. 2:11-3:6). La iglesia es distinta a Israel (1 Cor. 10:32), un misterio no revelado sino hasta esta época (Ef. 3:1-6, Ef. 5:32).


15) ÁNGELES:
Ángeles Santos: Enseñamos que los ángeles son seres creados para servir a Dios y para adorarlo (Lc. 2:9-14; Heb. 1:6-7, Heb. 1:14, Heb. 2:6- 7; Ap. 5:11-14, Ap. 19:10, Ap. 22:9) y por tanto no deben ser adorados. Enseñamos que Satanás es un ángel creado y el autor del pecado. El incurrió el juicio de Dios al rebelarse en contra de su Creador (Is. 14:12-17; Ez. 28:11-19). Enseñamos de la existencia de los demonios, quienes en contraste con los ángeles santos, siguieron a Satanás a quien sirven (Mt. 4:24, Mt. 9:32; Mr. 1:32-34, Mr. 1:39; 1 Cor. 10:20-21; 1 Tim. 4:1; Sant. 2:19; Ap. 9:20).


16) EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA:
Enseñamos el regreso personal, corporal de nuestro Señor Jesucristo antes de la tribulación de siete años (1 Tes. 4:16; Tit. 2:13) para sacar a Su iglesia de esta tierra (Jn. 14:1-3; 1 Cor. 15:51-53; 1 Tes. 4:15-5:11) y, entre este acontecimiento y Su regreso glorioso con Sus santos, para recompensar a los creyentes de acuerdo a sus obras (1 Cor. 3:11-15; 2 Cor. 5:10).


17) EL PERIODO DE TRIBULACIÓN:
Enseñamos que luego de sacar a la iglesia de la tierra (Jn. 14:1-3; 1 Tes. 4:13-18) los justos juicios de Dios serán derramados sobre un mundo incrédulo y especialmente para Israel (Jr. 30:7; Dn. 9:27, Dn. 12:1; 2 Tes. 2:7-12; Ap. 16), y que estos juicios llegarán a su clímax para el tiempo del regreso de Cristo en gloria a la tierra (Mt. 24:27-31, Mt. 25:31-46; 2 Tes. 2:7-12).


18) LA SEGUNDA VENIDA Y EL REINO MILENIAL:
Enseñamos que después del periodo de tribulación, Cristo vendrá a la tierra a ocupar el trono de David (Mt. 25:31; Lc. 1:31-33; Hch. 1:10-11, Hch. 2:29-30) y establecerá Su reino mesiánico por mil años sobre la tierra (Ap. 20:1-7). Durante este tiempo los santos resucitados reinarán con Él sobre Israel y todas las naciones de la tierra (Ez. 37:21-28; Dn. 7:17-22; Ap. 19:11-16).


19) EL JUICIO DE LOS PERDIDOS:
Enseñamos que después de que Satanás sea soltado después del reinado de Cristo por mil años (Ap. 20:7), Satanás engañará a las naciones de la tierra y las reunirá para combatir a los santos y a la ciudad amada, y en ese momento Satanás y su ejército serán devorados por fuego del cielo (Ap. 20:9).


20) ETERNIDAD:
Enseñamos que después de la conclusión del milenio, la condena final de Satanás y el juicio de los incrédulos (2 Tes. 1:9; Ap. 20:7- 15), los salvos entrarán al estado eterno de gloria con Dios, después del cual los elementos de esta tierra se disolverán (2 Pe. 3:10) y serán reemplazados con una tierra nueva y un cielo nuevo en donde sólo mora la justicia (Ef. 5:5; Ap. 20:15; 21-22).